El
sabado 21 salida de Coruxo hacia a Portugal. La primera visita que hicimos fue a
Coimbra, ciudad universitaria, donde hicimos un recorrido por su zona peatonal, admirando su arquitectura y sus iglesias.
A las 14:00 horas llegamos al Hotel en Fátima, fuimos directos a comer y al terminar nos repartieron las habitaciones. Por la tarde hubo tiempo libre para visitar la ciudad y el Santuario, hasta las 20:15 horas que acudimos a la misa en español en la Capilla de las Apariciones; al terminar la misa fuimos a cenar y al finalizar acudimos al rosario internacional y a la procesión de las velas.
El domingo 22 iniciamos la jornada haciendo el viacrucis desde Fátima hasta Aljustrel, pueblo de los pastorcitos al que se les apareció la Virgen, algunos subieron en el autobús. A las doce acudimos al Santuario a oír la Santa Misa.
Después de comer iniciamos el viaje de regreso, visitando la Iglesia de Santa María de Válega. La Iglesia de Válega es una autentica joya en lo que a pintura del azulejo se refiere y eso la convierte en una de las más bonitas de Portugal.
Recorrer su exterior es dejarse llevar por el encanto y la minuciosidad de un trabajo perfecto. El azul y blanco tan típico de Portugal, la simetría de los dibujos que conforman los azulejos y la claridad. Cuando nos giramos hacia su fachada principal, el azul y blanco dieron paso a anaranjados, amarillos, rosas, morados, verdes, grises ... todos los colores estaban allí en una explosión armoniosa, en un lienzo gigante lleno de pequeñas obras maestras que nos hablaban de diferentes pasajes de la Biblia y momentos históricos de nuestra religión. Es como un grandioso libro abierto que no podemos dejar de contemplar. Hasta el mínimo detalle, los ropajes, las sombras, las nubes, las alfombras, guirnaldas.....
En las paredes del interior siguen los retablos de azulejos dedicados a la Virgen, y realzados por un techo de maderas exóticas, maravillosamente trabajadas y unas vidrieras impresionantes.
En resumen, la Iglesia de Válega es una verdadera obra prima del arte de la pintura del azulejo.
Al terminar la visita todos decíamos lo mismo... "que nunca viéramos una iglesia tan bonita".
A continuación visitamos Ovar, donde hicimos un recorrido y al final iniciamos el viaje de regreso a Coruxo.
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